Un Encuentro Transformador: Culminación del Primer Día del Retiro de Pascua en Venezuela

El primer día del Retiro de Pascua en Venezuela fue un momento verdaderamente extraordinario, donde los corazones de los miembros se unieron en una experiencia de profunda reflexión y renovación espiritual. Desde el principio, pudimos sentir la presencia de Dios de forma tangible, en un ambiente lleno de su paz y amor incondicional. El día comenzó con una profunda enseñanza sobre la resurrección de Cristo, un tema central en nuestra fe, pero que a veces se pasa por alto o se da por sentado. Hoy comprendimos que la resurrección no es solo un acontecimiento histórico, sino la manifestación de un poder eterno que cambió a la humanidad para siempre.

A lo largo del día, el mensaje fue claro: la resurrección de Jesús no es solo un evento para celebrar en una fecha especial, sino un recordatorio de lo que significa para cada uno de nosotros. Es la esperanza viva que transforma nuestras vidas, que nos recuerda que, aunque atravesemos momentos de dolor y sufrimiento, siempre hay victoria en Cristo. Reflexionamos sobre el profundo sacrificio de Cristo, ese sacrificio que, a través de su muerte y resurrección, nos ha dado la oportunidad de ser perdonados, restaurados y rescatados del poder del pecado y la muerte.

Al final del día, el Ministerio ELIM guió a los miembros en un momento de oración profunda y sincera, un momento de entrega total. Fue un llamado al arrepentimiento, un momento para rendirnos a la presencia de Dios y reconocer la magnitud de lo que Jesús hizo por nosotros. Nos reunimos con un clamor de unidad, un deseo ardiente de comprender, no solo intelectualmente, sino desde el corazón, quién fue realmente quien murió por nosotros. Fue un momento de profunda gratitud por el perdón que se nos ha concedido y por la libertad que encontramos en Cristo. Un tiempo de sanación, donde muchos experimentaron la paz que solo su gracia puede dar.

Al finalizar este primer día, sentimos que hemos dado un paso significativo en este retiro. Sin embargo, sabemos que lo mejor está por venir. Los próximos días prometen ser aún más ricos en la presencia de Dios, en su enseñanza y en la efusión de su abundante gracia. Con corazones esperanzados, deseamos que cada participante continúe renovándose, restableciéndose y fortaleciéndose en su fe, para que, al final de este retiro, todos podamos decir con certeza: He encontrado en Cristo la verdadera vida, la vida abundante que Él prometió.

Que la gracia de Dios siga fluyendo y tocando cada vida, y que la comprensión de su sacrificio y resurrección nos transforme por dentro y por fuera, para que podamos vivir como fieles testigos de su amor y poder en este mundo.