Segunda Lectura: La Resurrección de Jesús – Triunfo sobre la Muerte

Después del almuerzo, todos los participantes del retiro se reunieron nuevamente en la capilla para comenzar la segunda mitad de esta significativa actividad. Tras un momento de alabanza y adoración dirigido por Jubilee, el pastor Manuel Duque dio inicio a la segunda lectura del día, basada en pasajes de 1 Corintios 15.

El mensaje del pastor comenzó con una profunda reflexión sobre la plena aceptación del verdadero evangelio, subrayando que la resurrección de Cristo es un hecho real y fundamental. El pastor enfatizó que, gracias a este evento trascendental, los creyentes viven vidas transformadas. Sin embargo, advirtió que, a lo largo de la historia, la proclamación de la resurrección ha sido motivo de burla y calumnia, con frases como:

«Están perdiendo el tiempo». A pesar de esto, quien ha experimentado el poder de la resurrección de Cristo defiende firmemente su fe.

En contraste con la certeza y seguridad del apóstol Pablo, quien a través de sus cartas declara la verdad del evangelio, el pastor invitó a todos los participantes a vivir con la misma confianza. Ningún creyente debe permitir que la duda sobre la resurrección de Cristo le nuble el corazón, ya que existe una clara evidencia de este acontecimiento histórico.

El pastor definió el verdadero evangelio como la cruz y la resurrección, enfatizando que no es un mensaje del pasado, sino una realidad para todos, especialmente para quienes aún tienen dudas o no comprenden plenamente el significado de la sangre derramada por Cristo. «Cristo no está en la tumba ni en el madero», dijo el pastor. «Él está vivo, y su resurrección es la certeza de la salvación del pecado para toda la humanidad».

Además, destacó la importancia del amor persistente de Dios y enfatizó que cada creyente debe experimentar la profundidad de ese amor, que impulsa una vida de continuo crecimiento espiritual. La palabra proclamada confirmó, sin lugar a dudas, la muerte y resurrección de Cristo como el centro de nuestra fe.

Finalmente, la exhortación del pastor invitó a todos a seguir creyendo y proclamando con más firmeza que nunca: «El Cristo que predicamos está vivo y está a nuestro lado, trayendo cambios radicales a la humanidad».